miércoles, 14 de octubre de 2009

ANDRES KLAUSS

Desde Andrés Klaus, el concepto de Formación adquiere diferentes connotaciones, dependiendo cada una de ellas de su temporalidad y de las definiciones y características que pueden dársele bajo la óptica de los estudiosos en boga. Lo que nos lleva a enlazar las funciones atribuidas tanto a la educación como a la formación, conceptos estos que tienden a ser confundidos debido a relación que media entre ellos. Sin embargo, se aclara que desde los griegos, la educación se convierte en un medio para adquirir la Formación.

El contexto religioso le asigna al concepto de formación una relación con Dios, es decir que la formación del individuo, será entendida como tal, en tanto éste se parezca a Dios _ pues testamos hechos a su imagen y semejanza_ o trate de agradarle. Si asociamos lo anterior con el concepto que tenemos de Civilización, no es difícil entender que la religiosidad aborda constantemente ambos conceptos, Formación y Civilización.

Comenio hace un aporte que le confiere cierta idea de completud al término Formación, añadiendo que lo interesante de la ella es que se debe aceptar una libertad humana: “el hombre, al ser semejante a Dios, es un ser libre que puede elegir su propio camino, su propia formación”, implicando ello un compromiso con el mismo Dios.

Con el inicio del periodo neo-humanista, a comienzos del siglo XVIII, el concepto de formación se generaliza y seculariza mediante diferentes medios de expresión como la música y el arte. Recuérdese que esta corriente Neo-humanista es señalada por Kafkli, como tensamente relacionada con movimientos como la Ilustración, sin embargo, es en este periodo en donde comienzan a entenderse la dimensiones biológica, humana y espiritual del hombre y se reconoce su naturaleza como condición esencial desde la que ha de transformarse humanamente a partir de su formación y su trabajo, dándosele a la Formación un atributo especial que aunque aún anclado a lo secular, se constituye en un paso hacia la universalidad.

Bajo el influjo del concepto Neo-humanista sobre la Formación, en el que el maestro cumple un papel educador, mas no formador, surgen las Teorías contemporáneas de la Formación en la Pedagogía. La formación implica hasta ahora una transformación individual mediada por la escuela y el maestro pero que no puede ser garantizada más que por las condiciones y deseos del alumno:

a) Teoría de la formación Funcional: desarrolla las competencias básicas del hombre para que, pueda actuar con solvencia.

b) Teoría de la formación formal: Aquí el concepto de formación consiste en el desarrollo y fomento de las potencialidades del ser humano mediante el despliegue y correcta dirección de todas sus energías.

d) Teoría Dialéctico-reflexiva de la formación: estas intentan resolver el dilema de si debe primar lo formal o lo material en el proceso de formación.

e) Teoría de la Formación Categorial: La Formación es concebida como el momento en que el hombre se auto-realiza comprendiéndose en sí mismo y en el mundo.

f) Teoría Dialogística de la formación y el modelo Racional-Comunicativo: la formación es concebida como “la constante auto evaluación del Yo a una desinteresada responsabilidad por la verdad”.

Por otro lado en el modelo Racional- Comunicativo el concepto de Formación es asumido como un crecimiento individual que se da a partir de la participación del sujeto en las relaciones interhumanas. Aquí el término mediador es el lenguaje.

Relaciones interhumanas ------- lenguaje -------- Formación.

Entre la Modernidad y la Pos-Modernidad, el autor señala una culpabilidad atribuida a la ciencia de la educación, encargada en buena parte de la Formación del individuo, lo que deja en evidencia que el concepto de formación puede estarse confundiendo con el de educación. Incluso para quienes estudiamos o trabajamos en el ámbito educativo, resultan poco diferenciables estos dos conceptos. Se presenta entonces un serio conflicto entre las ideas de civilización, educación y formación. En la sociedad actual puede generalizarse un sentimiento de reproche hacia la educación y una responsabilización de los agentes educativos y del estado en el “fracaso” de la escuela como ente formador, es decir que las demás empresas sociales como la familia encomiendan a la escuela para que socialice a los individuos y les ofrezca unas condiciones que garanticen el cabal desempeño de los futuros y presentes ciudadanos al interior de la sociedad, dejando de lado las responsabilidades propias, lo que desemboca en una decepción que nos lleva a reiteradas críticas a las que no escapan los procesos civilizatorios llevados a cabo desde la escuela como articulador de los valores y de la ciencia.

Constantemente escuchamos comentarios como:
Esta gente de hoy…….., hoy en día esto está muy mal….. Ya no hay valores

Todos estos comentarios suenan a reproches que se hacen al tiempo y a sus cambios en los estilos de vida, fruto del proceso civilizatorio. Se critica a ciertas libertades que antes no se tenían, se fomentan derechos y deberes que en ocasiones representan armas de doble filo. También se dice que se ven muchas cosas negativas que antes no se veían.

Pero no se reconoce que en nuestro contexto histórico, los avances científicos permiten develar sucesos más allá de lo local y por tanto hacerlos ver masivamente, lo que permite un intercambio cultural del que surgen nuevas objetivaciones que le aportan nuestro proceso civilizatorio los medios para facilitar la formación de nuestros individuos.

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